Gran Chaco Argentina © Elisa Carrión-Narváez


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Nuestra última oportunidad para reducir la vulnerabilidad de las personas ante el cambio climático y construir un futuro con Agua.

Por Juanita González, Líder de Soluciones basadas en la Naturaleza para la Adaptación, TNC

El agua dulce es un recurso escaso, más del 70% de la tierra está cubierta por agua; sin embargo, sólo el 2.5% es aguadulce adecuada para uso doméstico, agrícola e industrial. Y menos del 0.3% es directamente accesible en lagos, ríos, humedales y acuíferos. 1/4 de la humanidad enfrenta una inminente crisis del agua y el 40% de las cuencas hidrográficas del mundo muestran niveles de degradación de altos a moderados. Esta situación hace un llamado urgente e inminente para desarrollar acciones para proteger las fuentes de agua de las cuales depende la vida, la economía y la naturaleza. 

Los Fondos de Agua son organizaciones que diseñan e impulsan mecanismos financieros y de gobernanza que articulan a actores públicos, privados y de la sociedad civil con el fin de contribuir a la seguridad hídrica y al manejo sustentable de la cuenca a través de acciones que aprovechan el poder de las soluciones basadas en la naturaleza. Así pues, los Fondos de Agua son una forma innovadora de compensar por los servicios que provee la naturaleza al ser humano, reuniendo contribuciones en capital de los grandes usuarios del agua, tales como empresas de acueductos, hidroeléctricas, empresas de bebidas, distritos de riego y gremios agrícolas, entre otros, e invirtiendo estos recursos en los ecosistemas de acuerdo con un portafolio de acciones de conservación elaborado con herramientas científicas. 

Coordinadora Adaptación basada en Ecosistemas (AbE)
Juanita Gónzales Coordinadora Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) © TNC

Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC 2014), el cambio climático puede reducir el agua superficial y subterránea en regiones subtropicales secas, adicionalmente puede aumentar el riesgo de inundaciones en latitudes altas y reducir la calidad del agua debido al aumento de temperatura, transporte de sedimentos durante las lluvias e interrupción del tratamiento a causa de inundaciones. Por esta razón, es importante implementar medidas de adaptación al cambio climático en los Fondos de Agua, ya que la variabilidad y el cambio climático afectará la seguridad hídrica de nuestras comunidades y ciudades. Se pueden implementar medidas de adaptación bajo diferentes enfoques, ya sea adaptación basada en infraestructura, tecnología, información, comunidades o ecosistemas. Esta última es clave ya que los ecosistemas pueden ser aliados importantes para aumentar la resiliencia de las personas.

La adaptación basada en ecosistemas (AbE) se define como el uso de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, como parte de una estrategia general de adaptación para ayudar a las personas a adaptarse a los impactos adversos del cambio climático (CDB 2009). Hace referencia a todas aquellas acciones de conservación, restauración y manejo sostenible de ecosistemas, que generen beneficios en poblaciones humanas y ecosistemas, reduciendo su vulnerabilidad a los eventos climáticos actuales y futuros.

Desde que se estableció el primer Fondo de Agua en Quito en 2000, se han establecido 42 Fondos de Agua adicionales en todo el mundo, de los cuales 26 están en Latinoamérica, con más de 10 Fondos de Agua adicionales en diseño. The Nature Conservancy (TNC), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación FEMSA, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y la Iniciativa Internacional de Protección del Clima (IKI) como socios de la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua, están trabajando para acelerar la expansión de los Fondos de Agua a través del fortalecimiento de capacidades y ayudar a responder a los retos tan importantes y urgentes que vivimos en torno al agua y al cambio climático.


La Guía de AbE y Fondos de Agua busca guiar a los diseñadores y ejecutores de Fondos de Agua en Latinoamérica, para que comprendan el enfoque de AbE e implementen medidas que reduzcan la vulnerabilidad de las personas a eventos climáticos aprovechando los servicios ecosistémicos y la biodiversidad, como parte de las acciones que aportan a la seguridad hídrica de sus cuencas. La implementación de medidas de AbE no tiene una receta estandarizada; sin embargo, existen algunos criterios y lineamientos básicos que deben considerarse. Esta guía presenta esos lineamientos que se deben tener en cuenta tanto en los Fondos de Agua que están en proceso de creación, así como aquellos que ya están en funcionamiento. 

Para los Fondos de Agua en proceso de creación y que siguen la metodología del Estado Deseado desarrollado por la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua, se recomiendan una serie de lineamientos a considerar en las diferentes etapas de creación de un fondo: factibilidad, diseño, creación, operación y madurez. Por ejemplo, es clave recaudar información sobre vulnerabilidad y riesgo a la variabilidad y el cambio climático en la fase de factibilidad, con el fin de establecer si la cuenca donde se busca crear el fondo de agua tiene problemas asociados a eventos climáticos actualmente o proyectados a futuro. Además, en la fase de diseño es clave considerar esas vulnerabilidades y riesgos para diseñar medidas de AbE tales como la restauración de bosques de ladera en zonas potenciales a tener deslizamientos de tierra en épocas de lluvia o la rehabilitación de caños, ríos y cuerpos de agua para asegurar la conectividad hídrica en épocas de inundación y prevenir que se inunden caseríos y sitios poblados.

Para los Fondos de Agua ya creados y que se encuentran en operación, si ya se encuentran implementando medidas de adaptación bajo el enfoque AbE se recomienda hacer una evaluación rápida de estas intervenciones usando los elementos y criterios propuestos por los Friends of EbA (2017), para identificar algunas mejoras que puedan realizarse y asegurar que se está implementando el enfoque apropiadamente. O en caso de que el Fondo de Agua no esté implementando medidas de AbE pero lo considera pertinente, se recomienda realizar un análisis de vulnerabilidad y riesgos a la variabilidad y el cambio climático, seguido de la identificación, diseño e implementación de medidas de AbE. 

Esta es nuestra última oportunidad para reducir la vulnerabilidad de las personas ante los efectos del cambio climático, al tiempo que contribuimos a la seguridad hídrica, por ello, esperamos que sirva de inspiración y guía para la implementación de soluciones basadas en naturaleza que tomen en cuenta la reducción de vulnerabilidades sociales y ambientales a partir de una análisis de riesgos integrando información climática y al mismo tiempo generen beneficios sociales en el contexto de la adaptación.

Consulte aquí la Guía de Adaptación basada en Ecosistemas